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Sobrarbe cuidadora de las emociones
Estilos de comunicación y conflcitos
Cualquier conducta humana tiene una intención comunicativa, incluso aunque se intente evitar. 
Comunicamos a través de las palabras, las expresiones faciales, los gestos e incluso cuando guardamos silencio.
El conflicto entre las personas no es algo negativo, sino que aporta dinamismo y cambio, nos ofrece la posibilidad de encontrar nuevas formas de relacionarnos y distintas formas de movilizar el problema.
El problema existe en el estilo de comunicación que se utiliza, a continuación podremos ver que existen tres tipos de comunicación, la comunicación pasiva, la agresiva y la asertiva. Estos tres estilos tienen que ver con diferentes habilidades sociales que los humanos tenemos tendencia a utilizar en nuestras relaciones. Como veremos, algunos nos llevan a destruir y otros a construir.
La pasiva es la que una de las partes actúa de modo sumiso, asintiendo, asumiendo o no expresando aquello que le molesta o que no está de acuerdo. Se realizan conductas para no molestar y cargar con todo, se habla bajito, se tiene una postura corporal recogida. Con este estilo no se consiguen objetivos, se pierden oportunidades y los conflictos personales se los queda uno en el interior de la mente, la emoción y el cuerpo. La persona pasiva suele callar, no actuar, dejarse manipular, huir, o evadirse. Las consecuencias pueden ser mucha frustración, somatizaciones, baja autoestima, rencores, angustia.
La agresiva es la que ataca, intentando quedar por encima, llevándose la razón y utilizando un estilo invasivo en la conversación. Es la tendencia a pensar que uno tiene derecho por encima de los demás, de pasar a imponer las cosas. La postura corporal suele ser con gestos amenazantes, mirada fija, volumen elevado. Con este estilo se vulneran los derechos de los demás y se crea tensión. No se deja hablar, no se escucha, se interrumpe, se agrede, se insulta, se lastima, hay abuso, culpa, golpeos, hacer sentir mal y desacredita al otro. Es difícil establecer y desarrollar la relación, se está a disgusto con uno mismo, hay culpabilidad y se rompe la comunicación y el respeto.
La asertiva es la comunicación que permite entender al otro, pero también, poder expresar las propias necesidades. Se entienden derechos, valores, creencias, opiniones, pensamientos y emociones de ambas partes. Se asiente que el otro tiene el derecho y uno mismo también, se pide resolver el conflicto directamente pidiendo colaboración al otro. La postura es relajada, la voz decidida, un tono ni alto ni bajo y la mirada directa y franca. Esta comunicación define las relaciones positivas y resuelve problemas. Explora las diferencias, conoce las posturas y expectativas. Pregunta y escucha, negocia las diferencias, expresa sentimientos, da el peso adecuado. Se pueden lograr acuerdos, resolver conflictos y fortalecer la relación.
La falta de asertividad en las relaciones puede ser a causa de no conocer o rechazar los propios derechos o los de los demás, no haber aprendido a ser asertivo o no haberlo hecho de la forma adecuada, o que la ansiedad no le permita hacerlo del modo correcto, o que tenga patrones irracionales de pensamiento que le impidan actuar de forma asertiva.
La asertividad en sí, es una habilidad social que se aprende intencionadamente o por imitación, da lugar al respeto y amor hacia uno mismo y hacia las relaciones, mejora las relaciones, y contribuye a mejorar la autoestima.
